miércoles, 19 de octubre de 2011

Emoción hasta el final

Cualquiera que estuviera el domingo paseando al perro por los alrededores del Benito Pérez Armas debió pensar que allí dentro se estaba jugando la final de la copa del mundo, porque los gritos y aplausos que se oían no eran para menos. Sin embargo ahí estábamos, jugando un par de partiditos de tercera división en los que, ayudados por la presencia de un montón de gente (lo que contribuyó a que la temperatura ambiental fuera un par de grados superior a, pongamos, el infierno) se creó un ambientazo pocas veces visto (al menos por mí) en nuestra cancha.

El Acoroma nos visitaba con sus dos equipos y sacó buena tajada del doble enfrentamiento, consiguiendo llevarse los dos puntos tanto contra el Dédalos "A" (2-4) como contra el Dédalos "B" (1-5).

Nuestros canteranos del equipo "B", abonados últimamente a este resultado, repitieron el desarrollo de los últimos encuentros: primera ronda de partidos muy buena, y segunda ronda muy mala. Israel Delgado frente a Javier Batista (1-3) y Diego Pérez frente a Vicente Pérez (2-3) estuvieron enchufadísimos y jugaron partidos muy peleados en los que poco faltó para que, sobre todo Diego, arañaran un puntito más en el marcador general. Fernando Rodríguez, que va asumiendo su papel de "líder" del equipo, ganó su punto de rigor frente a Sergio Vera sacando partido a su técnica y buenos ataques. Y hasta aquí puedo leer...la segunda ronda fue un desastre en la que a los nuestros sólo les faltó envolver sus partidos para regalo, porque de la competitividad y descaro mostrados en la ronda anterior, nada de nada. Quizá los gritos y la atención que recibía la mesa de al lado desconcentró a los nuestros (no al Acoroma, que lo hizo muy bien), pero hay que mejorar esos finales de partidos, que sabemos que podéis dar mucho más.

Mientras tanto, el partido que enfrentaba a los "equipos A" arrancaba con ambos bandos buscando una victoria que permitiese mantener al equipo ganador una posición en la zona privilegiada de la tabla clasificatoria. En ambos casos arriesgaron los entrenadores con las alineaciones: en el Dédalos, nuestro míster partió con Giovanni, Fidel (servidor) y David, dejando a Óscar con los pompones en el banquillo, fiel a una política de rotaciones que premia a todos los jugadores por su esfuerzo en los entrenamientos y exige que todos cumplan en sus partidos, y que hasta ahora nos había dado un resultado excelente. Por su parte, José Antonio arriesgó en el orden de partidos poniendo en primera línea a Arturo García, su, a priori, jugador más flojo, y en la retaguardia el más fuerte, Jesús Romero, dejando a Romén Alonso hacer el trabajo sucio. Nadie lo sabía en ese momento, pero la jugada le salió redonda.

El primer partido nos trajo la primera sorpresa. Giovanni se enfrentaba a Arturo y lejos de demostrar el buen nivel de partidos anteriores, comenzó absolutamente fuera de onda permitiendo al visitante ponerse con ventaja en un "pis pas". Quizá nervioso por jugar frente a sus compañeros del año pasado, nuestro fichaje no dio la talla frente a un Arturo que sorprendió a propios y extraños desarrollando un juego tranquilo y seguro, que fue mejorando a lo largo del encuentro hasta parecerse bastante a lo que viene siendo un pared, porque lo bloqueaba todo mientras Giovanni, que también tuvo sus momentos, fue creciendo en nervios y disminuyendo en tamaño testicular, lo que derivó en un 2-3 emocionante (para todos) y doloroso (para nuestro bando) a partes iguales.

Se igualaron las cosas con el siguiente partido, en el que me salieron bien las cosas y gané a Romén por 3-0. Bonito partido en el que ambos jugadores atacamos todo lo que pudimos y más, y que se decantó de mi lado por la mínima en cada set.

Nuevo amago de infarto en el punto que se disputaron David y Jesús, y que se decanto por 2-3 a favor del Acoroma después de 5 sets en los que vimos la mejor versión de David, con grandes puntos y juego inteligente, y también la peor, ofuscado y pegando pelotazos sin ton ni son. Jesús, sin desarrollar un juego especialmente vistoso, se llevó el set definitivo poniendo por delante nuevamente a su equipo y escenificando, con un intenso aullido de desahogo final, la tensión que allí se iba acumulando.

Oportunidad de Giovanni de redimirse frente a Romén en el cuarto partido, que empezó nuevamente con inseguridad local y ventaja para el visitante, lo que motivó a los genitales de los allí presentes, a abandonar sus púbicas posiciones para colocarse donde el común de los mortales se hace el nudo de la corbata. Esta vez, por suerte, Giovanni se recompuso y logró encontrar su juego, desaparecido en combate hasta el momento, y ganó por 3-1 a un Romén que en ningún momento puso las cosas fáciles y fue muy regular toda la mañana a pesar de irse de vacío.

Igualado el partido y reubicadas las gónadas del respetable, llegaron los encuentros decisivos. Recaía la responsabilidad de adelantar a su equipo en David y Arturo, los dos más jóvenes del partido. Empezó nuestro lechón haciendo aguas y, de nuevo, Arturo creciéndose y cogiendo confianza a medida que avanzaba el partido. Tras unos comienzos que hacían temer lo peor, David encontró la inspiración y logró remontar hasta el 2-2 dejando los corazones acelerados entre los que estábamos allí mirando, y sobre todo el mío, que ya veía la que me caía encima si aquello no acababa bien. Arturo, revelación y héroe del partido para el Acoroma, se llevó para casa el quinto set poniendo por delante a su equipo y cerrando una mañana perfecta.

A estas alturas el ambiente ya estaba animado, los nervios a flor de piel, y mis piernas temblando por su cuenta mientras me ponía delante de Jesús para disputar el juego definitivo. Como dijo el sabio: "mal día para dejar de fumar"... Rememorándolo mientras escribo, creo que el partido no estuvo mal. Se vieron buenos puntos, el público animaba a lo bestia, los jugadores celebrábamos un tanto como si nos dieran dinero...emoción pura y dura, que en definitiva es lo bonito del deporte. Ajustados siempre en el marcador (todos los set a ventajas), los dos jugadores arriesgamos bastante, aunque por desgracia yo con menos acierto, hasta el punto de ser un poco kamikaze en algunos momentos. Jesús estuvo más seguro, jugó un buen partido y se llevó el punto y la alegría al banquillo del Acoroma.

A pesar de la derrota, emocionantísima mañana la que vivimos. Esperemos que la próxima vez que pongamos a nuestra a fición al borde del infarto, podamos poner la guinda de la victoria que esta vez se nos escapó por los pelos.

Con este encuentro se aprieta un poco la cabeza del grupo 1 en la clasificación, representando algo que los de mi equipo aprendimos en el partido: la liga va a ser reñida y los partidos dificiles. Después de tres victorias nos estábamos relajando y ya ha venido alguien a ponernos las pilas.

No hay mal que por bien no venga.


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