Terrible tarde la de ayer viernes. Emprendimos rumbo sur para enfrentarnos al Temesurte en la segunda jornada de la liga de tercera división, dispuestos a mejorar el resultado del fin de semana anterior. Llegamos al pabellón, calentamos bien, y todavía estamos buscando las ganas de jugar al tenis de mesa, pues a partir de ese momento solo se vieron una serie de partidos bastante aburridos en los que la apatía de los jugadores del Dédalos fue la nota predominante desde el comienzo hasta la finalización del encuentro con un contundente y merecido 6-0 a favor del Temesurte.
Nuestro joven David inauguró la debacle enfrentándose a Jordan González. Aunque el partido empezó bien y parecía que iba a ser igualado con posibilidades de victoria para el Dédalos, tardó poco en decantarse con facilidad para Jordan, tanto por su buen juego como por las facilidades que le ofreció David, fundamentalmente en la recta final del partido, que terminó con 3-1.
El segundo partido fue cosa mía, haciendo el pato frente a Tomás García, que me dio la paliza más grande que recuerdo sin mucho esfuerzo. El partido terminó 3-1, con algunos set fulminantes en los que a duras penas hice un par de puntos. Sin comentarios...
Fernando jugó el tercero de la tarde y perdió por 3-1 frente a José Darias. A pesar de la derrota Fernando jugó un buen partido...a partir del momento en que el contrario alcanzaba los 10 puntos. Parecía que en este momento Fernando se quitaba presión de encima y empezaba a jugar concentrado, incluso remontó un 10-5 en un set. Por supuesto esto no fue suficiente frente a José Darias que, limitado de movimientos por problemas de espalda, se llevó el partido con facilidad.
En la segunda ronda más de lo mismo: David con sus cabreos regaló un partido a Tomás, Fernando se volvió loco con los picos de Jordan olvidándose de hacer su buen juego, y yo perdí el último partido con José Darias en el único encuentro igualado de la tarde, por 3-2 y con algunos puntos bonitos de por medio.
Poco inspirada la crónica de un partido para olvidar por la apatía con la que jugamos, y en el que lo mejor, como siempre, fue el apoyo de unos aficionados que nos perdonan, de momento, tardes como la de ayer.
David (padre e hijo) y Escolástico: ¡os debemos un buen partido! (a ser posible con victoria incluida).
Crónica por Fidel Pérez
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